Con las últimas sanciones que se impusieron al club organizador se han acabado las ganas de seguir trabajando por el deporte, la salud y el ocio de este Club que llevaba adelante una prueba perfectamente sostenible.
La intransigencia de un agente forestal, cuando ya estaban autorizadas las actuaciones para desarrollar la prueba, ha contado más para el instructor del expediente que la declaración del anterior agente que las autorizó.
Una triste noticia, que como hace poco nos decía un responsable de Medio Ambiente, "parece que nos estamos volviendo locos y que las cosas más sencillas que se han hecho siempre, ahora necesitan hasta un estudio de impacto ambiental para recoger cuatro piñas o unas ramas".