Es un asunto recurrente y que suscita larguísimas conversaciones y discusiones, en más de un caso, pero es algo que no podemos obviar y que va a determinar la forma en la que nos movemos por los caminos y senderos de montaña.
Ya hemos hablado de la prioridad de paso en otras ocasiones, pero como vuelve a la actualidad de los comentarios, creemos que es bueno establecer los criterios básicos que todos deberíamos seguir.
No se trata de establecer normas con rango de ley y de cumplimiento obligatorio, pero reconozcamos que un poco de orden no nos va mal en determinados espacios en los que se produce frecuentemente el encuentro o la coincidencia de usos por diferentes tipos de deportistas o practicantes recreativos.
¿Quien tiene preferencia en un camino, quien sube o quien baja? tradicionalmente se ha llegado a la sencilla conclusión de que quien sube va realizando un mayor esfuerzo y debe tener preferencia sobre quien baja, que siempre le será más fácil reiniciar la marcha. Parece de sentido común.
IMBA asumió hace años el triángulo de "ceda el paso" que creó el Forest Department en EE UU y que ha sido ampliamente reproducido, ya que su uso es libre, en el que se establece que el ciclista debe ceder el paso a senderistas y a caballistas, así como el senderista debe ceder el paso a los caballistas.
La razón es sencilla, el caballo es un animal que puede asustarse y causar un accidente, por lo que tendrá siempre preferencia y el ciclista debe ceder el paso al senderista, no sólo por cortesía, si no debido a que la diferente velocidad y el uso de una máquina puede causar temor al peatón.
Ahora bien, establecidos los términos, debemos establecer también que las anteriores reglas se aplicarán en senderos estrechos en los que sólo pueda pasar un usuario, pero no en los caminos anchos y como una "patente de corso" que estamos observando por parte de algunos senderistas que reclaman preferencia de paso frente a ciclistas cuando estos senderistas van de cuatro o más en fondo y pretenden que se les ceda el paso por que sí.
Este no es el camino y así como los ciclistas asumimos que debemos ceder el paso, no es de recibo que nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino por el simple hecho de que "nosotros vamos andando".
El sentido común y la educación nos dice que no se debe abusar de la paciencia de los demás y que compartir y convivir en los caminos y la montaña es el principio del éxito.
Lo contrario, nos lleva al conflicto innecesario. Seamos responsables y conscientes.